Racismo en Colombia: un viaje de reflexión y cambio

El racismo en Colombia

El racismo no es exclusivo de Colombia; es un problema global. Sin embargo, en este texto lo exploraremos desde el contexto colombiano y a través de mi experiencia personal. Mi objetivo es invitar a la reflexión y recordarnos que siempre tenemos la oportunidad de combatir el racismo.

Un obstáculo persistente

La ignorancia y el desconocimiento sobre nuestra humanidad son barreras significativas para erradicar el racismo. A menudo, los actos racistas ocurren en diversos contextos, y quienes los perpetran pueden estar completamente conscientes de sus acciones.

Invisibilización de las luchas

Aunque hemos logrado avances importantes en la lucha contra el racismo, erradicarlo por completo sigue siendo un desafío debido a su complejidad. Los grandes movimientos y los pequeños actos individuales son fundamentales para acelerar este proceso. Alzar la voz y desafiar a gobiernos y personas racistas es esencial para fomentar el cambio. Gracias a las luchas pasadas, hemos logrado avances significativos. Si nuestros antepasados no hubieran defendido sus derechos, el racismo podría ser aún más prevalente y, en algunos casos, incluso la esclavitud podría persistir.

Es crucial no desconocer ni invisibilizar estas luchas. A menudo, el racismo se minimiza o se considera un problema del pasado, cuando en realidad sigue presente y activo.

Foto de Bran Sodre via pexels

Ejemplos de racismo en Colombia

  1. Acceso a privilegios: Muchas personas negras enfrentan una carga considerable para obtener reconocimiento en escenarios donde predominan los blancos. Esta carga puede ser física y mental, ya que deben esforzarse para evitar que los perciban como una amenaza.
  2. Comentarios despectivos: Las personas negras a menudo reciben comentarios despectivos como “Negro tenía que ser”. Estos comentarios no solo atacan al individuo, sino que perpetúan la idea de que los errores de una persona negra son más significativos que los de cualquier otra persona. Como dijo Martin Luther King en la Marcha de Detroit: “Tengo un sueño, que mis cuatro hijos un día vivirán en una nación en la que no serán juzgados por el color de su piel, sino por la naturaleza de su carácter”.
  3. Educación vacía: En los colegios, la historia de la esclavitud a menudo se presenta de manera superficial, sin reflexión profunda, lo que puede afectar negativamente a los niños negros, quienes frecuentemente sufren burlas y miradas inquisitivas.
  4. Discriminación en establecimientos de prestigio: Las personas negras pueden enfrentar presunción de robo o falta de solvencia en lugares de prestigio, mientras que los blancos, especialmente los extranjeros, reciben más respeto y consideración.
  5. Objetificación sexual: A menudo se ve el cuerpo de las mujeres negras como un objeto sexual, lo que se refleja en comentarios y actitudes que deshumanizan y objetifican.

Participación involuntaria

Lamentablemente, hemos crecido en un entorno racista, y esto puede llevarnos a aceptar la discriminación sin cuestionarla. Sin darnos cuenta, podemos participar en prácticas discriminatorias, como comentarios sobre «mejorar la raza» o la presión para alisar el cabello desde una edad temprana. El problema no está en hacer cambios en el cabello, sino en cuando estos cambios están ligados a la discriminación.

Reflexión final sobre el racismo en Colombia

La invitación es a reflexionar sobre los actos racistas que cometemos, conscientes e inconscientemente. Pensemos en todos como humanos y dejemos de enfocarnos en el color de la piel. Ojalá el movimiento actual conduzca a cambios positivos. Si cada persona reflexiona sobre sus propios actos racistas y se compromete a cambiar, ese será un gran avance.

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